Erase una vez… jefes, jefazos, jefecillos

En este libro se tratan con sencillez y maestría los déficits de calidad de dirección de los mandos intermedios en muchas empresas, caracterizados por un uso arcaico de estilos de dirección coercitivos, orientados a controlar, presionar y exigir; rara vez a comprometer.
Siguiendo la filosofía que ha predicado su autor a lo largo de su vida profesional habla sobre la necesidad de formar a todas aquellas personas que tienen responsabilidades sobre otras personas; es decir, a los llamados jefes. En los tiempos que corren, esa necesidad se transforma en obligación para las empresas: la educación, la capacitación, la formación no puede convertirse en un privilegio.