Un santo por día, o, mejor, una rememoración por cada día del año, incluido el 366º de los años bisiestos: ésta es la estructura de este libro, para la que se ha establecido un calendario lo más cercano posible al Calendario Litúrgico Romano, según la tradición de la Iglesia Católica, acompañada por la tradición popular y ampliada con figuras en proceso de canonización. Tales son la riqueza y dinamismo de la historia de la Iglesia Católica que no se limitan a un único santo por cada día del año, o sea que la liturgia ha tenido que establecer jerarquías en las conmemoraciones, clasificadas a tenor de su importancia: en el calendario litúrgico, por consiguiente, se encuentran “solemnidades”, “fiestas”, “celebraciones”, “celebraciones discrecionales”, y simples “conmemoraciones”. El criterio iconográfico ha sido determinante en la elección. Conscientes de que la imagen sagrada y su difusión proceden directamente de la devoción y el culto tributados a este o aquel santo, se ha decidido incluir las imágenes más significativas y repetidas no solo en la historia del arte, nuestra fuente principal, sino también en la historia del arte popular: por ello, se ha recurrido a la expresión popular en forma de imaginería religiosa o de los denominados “santitos”. En ciertos días aparecen dos santos a la vez, porque ambos concurren a la festividad o solemnidad de la jornada, y a ambos, por tanto, se les ha dedicado un espacio parejo de texto e imagen. La misma decisión se ha tomado, asimismo, cuando coinciden en el mismo día del calendario dos figuras de iconografía muy difundida.
Santos. Día a día, entre el arte y la fe
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Un santo por día, o, mejor, una rememoración por cada día del año, incluido el 366º de los años bisiestos: ésta es la estructura de este libro, para la que se ha establecido un calendario lo más cercano posible al Calendario Litúrgico Romano, según la tradición de la Iglesia Católica, acompañada por la tradición popular y ampliada con figuras en proceso de canonización. Tales son la riqueza y dinamismo de la historia de la Iglesia Católica que no se limitan a un único santo por cada día del año, o sea que la liturgia ha tenido que establecer jerarquías en las conmemoraciones, clasificadas a tenor de su importancia: en el calendario litúrgico, por consiguiente, se encuentran “solemnidades”, “fiestas”, “celebraciones”, “celebraciones discrecionales”, y simples “conmemoraciones”. El criterio iconográfico ha sido determinante en la elección. Conscientes de que la imagen sagrada y su difusión proceden directamente de la devoción y el culto tributados a este o aquel santo, se ha decidido incluir las imágenes más significativas y repetidas no solo en la historia del arte, nuestra fuente principal, sino también en la historia del arte popular: por ello, se ha recurrido a la expresión popular en forma de imaginería religiosa o de los denominados “santitos”. En ciertos días aparecen dos santos a la vez, porque ambos concurren a la festividad o solemnidad de la jornada, y a ambos, por tanto, se les ha dedicado un espacio parejo de texto e imagen. La misma decisión se ha tomado, asimismo, cuando coinciden en el mismo día del calendario dos figuras de iconografía muy difundida.
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