Los Cuentos completos de Mujica Lainez nos permiten apreciar, en total despliegue, la calidad de su prosa y la riqueza de su inventiva. En su primer libro, Glosas castellanas, reunió una serie de ensayos basados, en su mayoría, en la lectura del Quijote. Escribió biografías de escritores argentinos, un largo poema dedicado a Buenos Aires, innumerables artículos y traducciones de sonetos de Shakespeare y de piezas de Racine, Molière y Marivaux. Narrador nato, por vocación y predestinación, se sintió tan a sus anchas en la novela como en el cuento. Lo prueban sus novelas de tema argentino (La casa, Los viajeros, Invitados en El Paraíso y El Gran Teatro) y sus novelas históricas, de tan rigurosa arquitectura (Bomarzo, El unicornio y El laberinto). Lo confirman sus cuentos dispersos y los enlazados de Aquí vivieron y Misteriosa Buenos Aires; los de Crónicas reales y los de Un novelista en el Museo del Prado, donde culmina su tantas veces admirada aptitud para lograr, valiéndose de sus instrumentos de escritor, la viva sensación de formas, relieves y colores. Reseña:«Escribía con la seriedad de un niño que se divierte.»Héctor Bianciotti
Cuentos Completos, Volumen I
$15,900
Los Cuentos completos de Mujica Lainez nos permiten apreciar, en total despliegue, la calidad de su prosa y la riqueza de su inventiva. En su primer libro, Glosas castellanas, reunió una serie de ensayos basados, en su mayoría, en la lectura del Quijote. Escribió biografías de escritores argentinos, un largo poema dedicado a Buenos Aires, innumerables artículos y traducciones de sonetos de Shakespeare y de piezas de Racine, Molière y Marivaux. Narrador nato, por vocación y predestinación, se sintió tan a sus anchas en la novela como en el cuento. Lo prueban sus novelas de tema argentino (La casa, Los viajeros, Invitados en El Paraíso y El Gran Teatro) y sus novelas históricas, de tan rigurosa arquitectura (Bomarzo, El unicornio y El laberinto). Lo confirman sus cuentos dispersos y los enlazados de Aquí vivieron y Misteriosa Buenos Aires; los de Crónicas reales y los de Un novelista en el Museo del Prado, donde culmina su tantas veces admirada aptitud para lograr, valiéndose de sus instrumentos de escritor, la viva sensación de formas, relieves y colores. Reseña:«Escribía con la seriedad de un niño que se divierte.»Héctor Bianciotti
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